INGREDIENTES PARA PREPARAR 100 L. DE CHICHA
2.- Al día siguiente, lo escurres y lo extiendes en el suelo, entre dos plásticos.
3.- Cuando las raíces de los granos ya tienen 1-2 cm, se ponen a secar al sol unas horas.
4.- Se muele para que quede una harina gruesa, con cascaritas y todo.
2.- El agua está caliente (podemos aguantar los dedos dentro un rato). Separamos unos 80 litros de agua en un bidón o una tinaja y le agregamos más de la mitad del wiñapo.
3.- Ya tenemos el rak’y (la mezcla). Tras dos horas de reposo, se distinguen tres capas, las cuales separamos: el upi (la parte más líquida, como mosto), la keta o arrope (como una sopita espesa de harina) y, en el fondo, el janchis (el grano de maíz y la parte gruesa.)
4.- Hemos extraído por separado el upi (unos 60 litros), la keta (unos 5-10 litros) y el janchis; a éste último, le agregamos 60 litros de agua hirviendo y el resto del wiñapo. Llamamos a esta nueva mezcla punu.
5.- Al cabo de dos horas, repetimos el paso número 3.
6.- Ponemos la keta en la olla y la hacemos hervir varias horas, para que vaya espesando. Cuando se ha reducido a la mitad, le agregamos algo dulce, como la miel de caña, panela o azúcar (varios kilos, a ojo), y sigue hirviendo (hasta que quede como un volcán, haciendo “blup, blup!”) Un consejo: es muy rico probar la espumilla que flota, agridulce.
7.- Retiramos el potingue, que parece caramelo, por lo que lo llaman misqi keta (arrope dulce), y lo dejamos enfriar.
8.- En la olla grande, ponemos todo el upi (la parte más líquida) y lo hacemos hervir unas horas, con un poco de azúcar o miel, hasta que evapore unos tres dedos.
9.-Al día siguiente, cuando están las dos partes frías, se juntan (o sea, upi + misqi keta), lo que da como resultado el jullp’u, que ponemos en un recipiente definitivo, de barro si es posible, y lo dejamos ahí una semana. A partir del quinto día, ya se puede tomar, pero es mejor esperar a que tenga un punto como de cerveza (unos 4 ó 5 grados.) “Desde este momento tienes que apresurarte, pues la chicha es algo efímero, como la vida, y es que no somos nada. Carpe diem, chicha ya!”.
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